Autor: Francisco Sosa Wagner
Mi guinda en aguardiente es eutrapelia, es decir, dicho donoso, donaire, broma inofensiva, y como tal, está destinada a hacer más digestibles esos ridículos prejuicios de los humanos que circulan por ahí como verdades cargantes, pronunciadas con la bendita y la seguridad que la simpleza otorga.
Actúa de carminativo pues que ayuda a liberarnos de las flatulencias que produce el estereotipo.
En ocasiones es sólida y densa, obliga incluso a pararse a pensar por breves segundos, pero otras es pura burbuja, leve espuma.
Está más cerca de la chispa que de la llama , es más pavesa que hoguera. Más faro que escollo y más rocío que lluvia.
Mi guinda quiere ser galguería, la modesta golosina que llevamos en el bolsillo para hacer frente a la dispepsia.