Es este curso pretendemos que los asistentes tengan una panorámica sobre una parte las actividades que ocupaban ese otium romano, concretamente los espectáculos públicos, los conocidos ludi y munera (teatro, anfiteatro y circo). Las representaciones teatrales podían durar todo el día, de la mañana a la noche. Al romano le gustaba el teatro, pero sobre todo la comedia, la pantomima y el mimo. Los munera se popularizaron a parir de finales de la República y su carácter sangriento apasionó a los romanos, hasta el punto de que pronto se expandieron este tipo de espectáculos, de origen campano, por todo el Imperio. Pero si de pasiones hablamos, las verdaderas pasiones las despertaban las carreras en el circo, con seguidores incondicionales de cada una de las cuatro factiones que se distinguían por el color de la túnica del auriga (rojo, verde, blanco y azul).