El estudio de materiales arqueológicos es uno de los pilares fundamentales de la arqueología prehistórica.
Entre el amplio abanico de restos arqueológicos que pueden analizarse, la cerámica es uno de los más importantes. A nivel cuantitativo, su fácil conservación provoca que sea uno de los restos más numerosos desde su llegada a la península Ibérica durante el Neolítico. A nivel cualitativo, proporciona información necesaria para la correcta interpretación cronológica y funcional de los yacimientos arqueológicos.